Los embarazos ajenos

Cada vez que te suena el móvil y es una amiga con la que hace tiempo no hablas… tiemblas: otro anuncio de embarazo. OTRO MÁS. Otro embarazo fácil, rápido, gratuito… Mierda. Disimulas al teléfono, le das la enhorabuena con el mejor tono de voz que consigues hacer salir de tu garganta. Pero estás deseando colgar. Aguantas el tirón, cuelgas y lloras: otra vez. Todo vuelve a tu cabeza. Y ese TODO, es ya demasiado. Tienes la certeza de que su embarazo va a ir bien. Tu amiga, porque es tu amiga -la quieres, la aprecias… pero no ahora, no en este preciso momento- no va a tener ni un susto en su FELIZ EMBARAZO FÉRTIL, ni va a manchar ni va a llegar temblando a cada ecografía; ella ni siquiera sabe que existe la palabra bioquímico y eso de legrado le suena a algo del siglo pasado. Mientras que los miedos infértiles no se extinguen con el positivo en la prueba de embarazo, para el resto de los mortales, un POSITIVO es el comienzo de 40 semanas de ilusión y dulce espera…

Pero eso es para el resto. No para nosotras.

Son los 2 universos del CAMINO A LA MATERNIDAD. Solo l@s que estamos en el difícil, sabemos lo jodido que es. El azar nos ha puesto en esta puta carrera de obstáculos sin libro de instrucciones. Sin tutorial de Youtube. Sin saber cuánto durará ni si vamos a ser capaces de llegar a la meta. Pero aquí estás, aquí estamos; en este camino, intentando llevarlo lo mejor posible. Intentando gestionar emociones… incluidas éstas, las relacionadas con los embarazos de nuestro alrededor.

Cómo duelen los embarazos ajenos. A mí me destrozan el alma y me ensombrecen el día. Ya solo me alegro de los embarazos luchados. Cuanta más lucha hay detrás, más SUBIDÓN me dan. CUANTO MÁS FÁCILES HAN SIDO, MÁS ME QUEMAN POR DENTRO. Y me siento muy mala persona. Pero no lo puedo evitar. Qué sensación de rabia, de injusticia, de dolor… Me gustaría evitar esos sentimientos pero sigo sin conseguirlo. Sé que hay compañeras de la #Infertilpandy que sí lo han logrado. ¿Seré yo peor persona? ¿Tendré un menor control de mi mente? ¿Será que llevo más años y más intentos y más desgracias a mis espaldas?

En muchos casos, las preguntas sin respuesta respecto a la infertilidad y el inmenso y desconocido universo que la rodea… me dejan indiferente. No le doy vueltas a porqué no encuentro una respuesta. Con los años he descubierto que es una gran ventaja. Sufres menos. Sin embargo, esta pregunta sin respuesta sí que me deja inquieta… ¿porqué yo no lo consigo? ME ENCANTARÍA LIBRARME DE ESTE ASQUEROSO SENTIMIENTO DE ENVIDIA ¿De verdad hay gente que tras años de intentos y abortos consigue esa grandeza de espíritu? A veces me planteo que haya parte de autoengaño en esas afirmaciones tipo “nosotras tenemos que ir a lo nuestro, ¿qué más te dan los embarazos ajenos”. Pues me dan. Y mucho. Me joden infinito. Me duelen. Me hacen vulnerable a las circunstancias ajenas. Es una lucha de gigantes, como la canción de Antonio Vega que titula mi blog… una lucha contra mis propios sentimientos hacia la inmensa envidia a los embarazos ajenos.

Quizá algún día consiga alegrarme sinceramente… no lo sé, mientras tanto: me toca seguir disimulando.

4 comentarios sobre “Los embarazos ajenos

  1. Estoy totalmente de acuerdo contigo y no te sientas mal por ese sentimiento de envidia, rabia…. a mí me pasa igual y creo que nunca dejaré de sentirlo. Todo lo que luchamos nosotras no nos permite disfrutar de un embarazo normal.

    Un besazooo

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  2. Yo opino igual que tú corazón! y creo que en lo más profundo de nuestro ser los «embarazos fáciles» siempre nos doleran!
    Yo estoy contigo, y no creo que tengamos peor corazón que otros, sólo uno más sensible, con más remiendos, y oye … las cicatrices duelen, así que ni me voy a preocupar por lo que duelen las nuestras en nuestro cicatrizado corazón.

    Besos mil!!

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  3. Bonita… sería fácil decirte que disfrutes de tu embarazo y le den a lo demás pero te entiendo, entiendo y siento esa sensación de la que hablas y creeme a pies juntillas. Yo no me culpo, bastante llevamos con lo que tenemos como para lapidarse una misma por tener esas emociones. Que fastidia tenerlas, pues sí. Es otra de las secuelas que nos deja este camino que nos ha tocado vivir así que no le daremos muchas vueltas.
    Un abrazo enorme!

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